noviembre 16, 2009

Juguemos a ser amantes III

Pues debo admitir que me resultaba divertido, tentador, vernos a escondidas y dejar que nuestras pasiones se fusionen en una. Pero creo que eso es parte del pasado. Ahora tú y yo estamos comprometidos, ese tipo de juego ya no viene al caso.

El la miro y por un momento pensó, que pasaría y ese juego volviese a empezar, porque no podría negar que no había dejado de pensar en ella, no con la misma frecuencia que antes, pero igual la seguía necesitando. Entonces se miraron intensamente, la cogió de la cintura acercándola más a él, y así poder sentir su cuerpo junto al suyo, se besaron como nunca antes, un beso lleno de pasión, deseo y sobre todo después de tanto tiempo transcurrido. El encuentro se tornaba cada vez mas intimo, los dos lo sabían que era lo que habían estado esperando todo este tiempo, pero no se atrevían a admitirlo. Era ahí cuando esa botella de vino surgía efecto, el la tomó de los brazos y la llevo a su habitación, entonces descubrieron que el deseo de estar juntos a escondidas estaba más vivo que nunca y que después de aquella noche, el juego no terminaba, era solo un nuevo comienzo.

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