diciembre 27, 2009

La banca de los recuerdos III


Era una mañana gris y con un poco de lluvia, Alicia algo dormida todavía se levanta de la cama y se mira al espejo, la mala noche se hacía notar en sus ojeras. Hace más de una semana que no podía conciliar el sueño durante las noches y cuando lo lograba solo terminaba atormentándose más, con esos sueños tan vividos de los cuales le costaba despertar. No podía evitar huir de esa realidad, no tenía el valor y la firmeza para enfrentarla. Había sido la semana más lenta de su vida, los días parecían no terminar jamás, y los minutos solo le hacían recordar esos temores que por más que los evadía sabía que algún día pasarían.

El día trascurrió lentamente, llego la hora del almuerzo, Alicia no probó bocado alguno, solo se sentó a la mesa a esperar el ocaso, y con él su paseo de abril, eran casi las cinco cuando Alicia se paró de la mesa y subió a su habitación, tomo su vestido rojo y se lo puso como de costumbre, los nervios la invadieron como la primera vez, estaba algo confundida, tomo un cigarrillo y lo encendió mientras se acercaba a la ventana, no sabía de dónde venía toda esta confusión, mil y un preguntas vinieron a su mente, mientras trataba de respirar de un aire lleno de dudas, nunca le había pasado esto antes, era peor que la primera vez, un conjunto de emociones en un solo sentir, no lo podía si quiera definir, entre cuestionamientos de rutina, sensaciones de angustia, y una total incertidumbre, termino el cigarrillo y se dispuso a salir.

Todavía algo nerviosa, pero decida, sabía que algo no andaba bien, y tenía que saber que era, ya en la puerta de su casa miro la calle, que estaba mas vacía que de costumbre, cerró la puerta y se dispuso a caminar, sentía todas las miradas en ella, como si todos supieran lo que iba a pasar.

Intentando perderse en sus propios pensamientos siguió su camino de siempre, acelerando cada vez más el paso, llego a su banca de siempre, se sentó y a su lado había un sobre con su nombre, ella lo tomo en sus manos y subió la mirada, el ya no estaba mirándola desde la ventana, fue entonces cuando Alicia supo lo que estaba pasando, no estaba segura de que debía hacer, unas cuantas lagrimas se deslizaron por su cara al tiempo que se paraba y se dirigía a su casa, entro y subió de frente a su habitación, dejo la carta en su cama y se acerco a la ventana, no tenía el valor suficiente como para leerla en ese momento, aun no terminaba de asimilar lo ocurrido.

diciembre 23, 2009

Necesidad


Después de unas pastillas para dormir y unas cuantas tazas de café, mala combinación debo decir, mi corazón empieza a latir más fuerte, mi respiración se acelera, estoy al borde de la histeria, la desesperación se ha vuelto mi mejor aliada y la ansiedad mi compañera de todos los días, y es que es lo único que me queda ahora que no estás aquí, y es que esa soledad en la que me dejaste es lo único que me prueba a mi misma que existías y que no eras una simple creación de mi tonta imaginación. Por lo menos tenía la certeza que todos esos momentos que vivimos juntos fueron realidad, como dije fueron porque nunca volverán, ni mis deseos mas profundos son tan fuertes como para traerte de vuelta. Porque creo estar enloqueciendo, pero supongo que estará bien, además es la única forma en la que mi subconsciente no te pierde. Porque es mejor en mi locura tenerte que en mi mente perderte.

diciembre 13, 2009

Lagrimas


Y es que creo que en estos momentos podría llenar un océano con mis lagrimas, después de esto note que es imposible que estas se acaben, son una fuente interminable de emociones perdidas, de sentimientos encontrados, de discusiones infinitas, son todos esos malos recuerdos que se reflejan en mi mirar y caen con abrir y cerrar de ojos. Son mi lista interminable de deseos sin cumplir que caen lentamente en dirección al suelo, mientras yo bajo la mirada y los veo desaparecer ante mis ojos, cuando apenas unos minutos atrás esos deseos me pertenecían, eran tan míos y ahora los pierdo, entonces es como si nunca hubiesen sido míos, nunca fueron tuyos tampoco, entonces, ¿de qué viví todo este tiempo?, de deseos prestados, de pasiones ajenas, de anhelos perdidos? ¿Cómo saber que me pertenecían? ¿Cómo saber que eran míos? ¿Qué significaba tener mis propios deseos? ¿Cuáles eran mis verdaderos deseos? Y entonces solo me llene de dudas, de preguntas, de cuestionamientos estúpidos, un interrogatorio sin fin, donde mi mente pedía una respuesta y mi alma se negaba a responder. ¿Que debía hacer? No podía obligarme a responder algo de lo que ni yo misma estaba segura, porque respuesta no tenía. Todo se tornaba cada vez más confuso, una discusión interminable, y es que mi mente y mi corazón nunca buscan la misma razón, nunca van por el mismo camino, y por eso tomar una decisión es mi dilema sin solución.

diciembre 02, 2009

Algunas reflexiones de mi propia vida


Tengo tantas cosas que decir y tan poco tiempo, por eso siempre pensé que lo mejor seria retroceder el tiempo, cambiar algunos momentos y volver a ese futuro incierto que me espera tras las puerta de un mañana que parece ser mejor. Pero como dicen, todo tiempo pasado fue mejor no? Porque el futuro no puede ser mejor? porque no podemos dejar el pasado atrás, vivir el presente y no preocuparnos por el futuro, porque tenemos que vivir del pasado, de recuerdos de alcoba y estar tan pendientes del futuro que nos damos cuenta que el presente pasa y no lo sabemos aprovechar. Que nos hace incapaces de entender que el pasado es pasado y nada de eso cambiara?, y que solo podemos vivir el presente, porque ni siquiera sabemos como sera el futuro. Porque nos alimentamos de recuerdos? Aunque en el fondo nos lastimen nos rehusamos a sacarlos de nuestra mente, porque son lo único que nos queda de esas personas que en algún momento formaron parte de la historia de nuestras vidas. Personajes que no queríamos que salgan de la historia, pero por cosas del destino solo fueron temporales, pero nunca menos importantes que los que se quedaran para toda la vida. Creo que todo empieza porque tenemos miedo de que al dejar el pasado atras, perdamos parte de nuestras vidas, siendo como un rompecabezas que por cada hecho nuevo quitamos una pieza antigua y la reemplazamos. Porque mas daño nos hacemos viviendo de recuerdos, dependiendo de un pasado que no volverá.